Cuando caes en cuenta de ciertas cosas

Hoy caí en cuenta de algo extraño. En realidad, fue el día de ayer, pero creo que hoy finalmente pude terminar de redondear el impacto que produjo en mi inconciencia.
Cuando comienzas a preguntarte del por qué de acciones que siempre has hecho (o no has hecho) y parten a correr por tu mente respuestas insospechadas, lo único que alcance a decir fue: wow.
Para tí, que me lees seguido, que llegas por la casualidad o por la curiosidad, o quizás buscando respuestas, para tí, te digo, que finalmente soy más indomita de lo que jamás pensé.
Miras mis ojos y no te das cuenta de lo que hay en ellos. Tomas mi mano pero arrastras a una desconocida. Te despides a través de la ventana, pero pareces haberte ido antes de llegar.
Contigo me he dado cuenta que la soledad la llevaré por siempre y para siempre en mi corazón.
En pedir no hay engaño, pero ¿tú crees realmente que escucharé a quién ignora mis palabras? ¿No es justo pensar que él que ignora, también es ignorado?
Estamos en una distancia justa y sana. Yo no la valoro y tú quizás no la ves.
Sólo es.
Algo curioso. Si tú no me hubieras dicho aquello, quizás nunca me hubiera pensado en esto.

Por eso te dedico este post a ti. Sí, a ti que me lees que me lees seguido, que llegas por la casualidad o por la curiosidad, o quizás buscando respuestas.

Sé que no es lo que quieres. Pero, ¡vamos!, es lo que yo quiero darte el día de hoy.

Bai!