Letras Sangrantes

jueves, 3 de enero de 2008

Así es el mundo.

Hoy estaba comprando shampoo y vi cómo un par de hombres robaban en el supermecado. es una de las situaciones más desesperantes que he vivido. Me puse demasiado nerviosa. Aunque sabía que no corría riesgo, me sorprendió la naturalidad con que se lo tomaban las otras personas alrededor. Salí del pasillo dónde se cometía el delito y me puse a la fila. Más calmada, me di cuenta que se me había olvidado algo. Volví al pasillo y los hombres se habían ido, pero cuando trataba de encontrar lo que buscaba, uno de ellos volvió por más botín. Eso me puso aún más nerviosa. Sin encontrar nada, volví a la fila e que me había puesto, muy confundida. Sentía que tenía que hacer algo, pero no sabía a quién recurrir. Otro hombre estaba hablando amigablemente con el guardia y finalmente resultó ser otro cómplice. Hasta pensé que hasta el guardia podía ser uno de ellos. Mi hermana me llamó en ese momento y yo le pedí que se apurara en llegar (supuestamente nos íbamos a encontrar en ese lugar). Finalmente, cuando llegó, le conté lo que pasaba. Buscamos una señora X supervisora del supermercado y le contamos lo que sucedía y luego salimos rápidamente del lugar (por no decir "huimos").
Cuando se lo conté a mis padres en la noche, ellos me aconsejaron que no me metiera. La verdad es que tratan de protegerme y yo misma pienso que estuvo arriesgado lo que hice. Me da pena que realmente nadie haga nada al respecto. La verdad es que en ese momento nadie estaba saliendo herido, pero esto también pasa cuando le están robando a alguien más en la calle: nadie hace nada.
Es comprensible, todos tememos por nuestras vidas, pero aún así es algo que me da pena contar.
Mañana me voy al sur a las misiones de la Federación de estudiantes de la Católica. Cuando vuelva espero contar cosas sobre la experiencia.

hasta luego!

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